miércoles, 2 de julio de 2014

Taiyou no ie: Todos necesitamos nuestra propia "Casa del Sol"



TÍTULO: Taiyou no ie/ La casa del Sol/ House of the Sun
DESCRIPCIÓN DE LA CONTRAPORTADA: "De vuelta a aquel día, ese lugar era una casa llena de magia, un lugar donde terminabas sonriendo incluso si estabas llorando. Seguramente un hechicero invisible debió haber vivido allí. O eso pensaba."
ESTATUS: Continúa publicándose mensualmente en la revista Dessert de Kodansha desde 2010 sobrepasando los 40 capítulos hasta el momento.
AUTORA: Taamo
TIPO: Manga
GÉNERO: Recuentos de vida, drama, romance, shoujo, comedia.




La primera reseña del blog es sobre una historia que estoy leyendo justo ahora y realmente me ha atrapado. "Taiyou no ie" (La casa del Sol), es un manga shoujo que relata la vida de Motomiya Mao, una estudiante de 17 años que vive con su padre desde que su madre abandona su hogar para marcharse con otro hombre; y sobre Nakamura Hiro, un chico de 23 años que trabaja en una empresa de informática como programador y es vecino de la infancia de Mao. La historia entrelaza los recuerdos de su juventud con la constante soledad a la que se enfrentan en el presente.

Mao ha vivido con su padre desde que su madre decide abandonarles pero su relación nunca ha sido especialmente buena. El padre no habla mucho con ella y Mao siempre ha tenido dificultades para demostrar lo que siente. Una vez que él se casa por segunda vez, Mao piensa que ya no tiene un sitio en su hogar y no sabe cómo relacionarse con su nueva madre y su hermana menor.

Hiro ha vivido una infancia completamente diferente a la de Mao. Con sus padres y sus dos hermanos menores (Hina y Daiki), a los ojos de Mao los Nakamura representan la familia idea. Debido a que sus padres nunca estuvieron en casa para cuidar de ella, Mao termina formando parte de la vida familiar de los Nakamura y es recibida con el afecto que no puede encontrar en su propio hogar. A pesar de que al principio la relación entre Hiro y Mao no es muy buena (ella siempre lo maltrata), él secretamente ha cuidado de ella y se preocupa por sus sentimientos. Hasta ese momento Hiro no puede comprender el sentimiento de abandono que Mao experimenta hasta que él mismo sufre la pérdida de sus padres en un accidente automovilístico. Su vida se quiebra. Sus hermanos son acogidos por familiares distintos pero él se niega rotundamente a abandonar el hogar que sus padres construyeron para todos y se propone protegerlo. De este modo, Hiro no sólo pierde a sus padres, sino también a sus hermanos. Con la esperanza de reunirlos a todos otra vez, Hiro se esfuerza y trabaja arduamente para convencer a sus hermanos de que vuelvan a pesar de que han transcurrido varios años y ellos se han adaptado a sus respectivas familias adoptivas.

Mientras Hiro se enfrenta a esta dura situación, un día, de vuelta a casa, encuentra a Mao comiendo sola afuera del santuario donde solía refugiarse y, tras una charla sobre la situación con su nueva familia, Hiro le propone vivir juntos. Así, lentamente. Antes de pensar en Hiro como un potencial amoroso Mao ve en él a un protector, casi a una madre; una figura que se acerca a la familia que siempre quiso tener. Al mismo tiempo, Hiro encuentra en Mao un refugio al hueco que sus hermanos han dejado y ambos intentan sanar las heridas de una vida donde el amor y la presencia familiar les fue arrebatados.

A pesar de que comencé este manga únicamente por el factor romántico (quería leer algo ligero y sin tanta complicación), lo cierto es que el tema principal de esta historia no es precisamente el romance entre Hiro y Mao, sino más bien la INCOMUNICACIÓN en diferentes niveles. Aunque Hiro proviene de un hogar cálido donde todos vivieron felices y unidos, la tragedia lo vuelve un chico solitario. Mao por su parte tiene graves problemas de comunicación con su padre al grado de que ambos se alejan por meses mientras ella intenta reunir las fuerzas para volver a a él y esforzarse por encajar con su nueva familia.

Todos los personajes tienen bien oculto en el corazón algo doloroso que les impide avanzar, no sólo Mao y Hiro, también el padre y los hermanos Nakamura. Todos los personajes son, al final de cuentas, seres abandonados, un poco rotos, huérfanos no sólo de padres sino también de amor. Como seres heridos se sienten rechazados, han sido arrojados violentamente ante situaciones que no habían previsto, nadie encaja realmente en su papel pero intentan enmendarse a sí mismos, trabajan duro y maduran en el proceso.

Este manga conserva todas las caraterísticas de un shoujo común y corriente: un triángulo amoroso, comedia, vida escolar, amores correspondidos y otros no tan correspondidos, mezclados con una fórmula ganadora que la vuelve merecedora de la 38ª edición de los Kodansha Manga Awards este año.



"Ya no tengo un hogar.Ya no tengo un sitio a donde regresar.De todos modos, nadie me espera. No hay nadie que me necesite."




"Pequeña Mao, de alguna manera ella ha llenado las partes más profundas de mí. Antes de que me diera cuenta ya estaba a mi lado".




¿Podrán reunirse todos al final, recuperar los lazos, perdonar y reconciliarse con su respectiva soledad? Por mi parte de esta obra yo aprendí que todos merecemos vivir en nuestra propia "Casa del Sol", un sitio donde todo brille porque cada quien aporta su propia luz, un hogar cálido donde todos quieran volver.

Calificación hasta el momento 5/5







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